Escuchar la radio y oír una voz conocida tantas veces como quieras es lo bueno de los podcast. Fuera, se oyen las palmadas de las ocho de la tarde. Una recomendación de una oyente y Tamara habla de música y libros. La música de “El latido de la tierra”, de Luz Gabás pone música al programa y a la tarde. Oscurece en la isla pero aún se ve el cielo gris. Laya ladra al oler a Bimbo, el perro de los vecinos. La calle es empinada, con casas de piedra antigua. Son casa centenarias, algunas restauradas, otras menos. Pasa la policía y el pickup de protección civil, con música y bocinazos, también hacen sonar las sirenas. Subo el sonido del ordenador. Somos pocos vecinos. Yo no salgo a aplaudir. Aplaudiría a los enfermos, a los familiares de los muertos, a los que tienen que enfrentarse a la reducción de ingresos por los ERTES . David Bowie canta “Absolute Beginners”, sigue el programa. Mi compañero de vida sube a verme y detrás Nima. Ya es de noche . Los mensajes de WhatsApp continúan llegando. Añoro a la familia y pienso en los días que no fueron. Pienso en mi madre y agradezco que no haya vivido este marzo de 2020, sus pulmones y su corazón no hubieran resistido. Tuve la suerte de poder darle el último beso.
Pienso en el abuelo de noventa años que se ve sólo en el medio hostil, frio, de gente enmascarada. Le pinchan, le conectan tubos a maquinas que meten ruido. No entiende nada y su familia no sabe cómo se encuentra. Probablemente no aguantará y no le pondrán decir adiós. Monica Naranjo canta Sobreviviré. Apago el ordenador. Son las ocho y media. Hora de hacer la cena. Mañana, un día menos para ver los campos de Castilla y las olas del Cantábrico.
Deja una respuesta