Paseo de los sueños

Fue navegando por la red dónde descubrí que en un rincón de Galicia se había dedicado un paseo fluvial a los libros. Celebré la iniciativa. Apunté la ubicación en el listado de lugares que debía visitar en mi visita a la provincia de Lugo y me prometí que fotografiaría el hallazgo.

Dicho y hecho. Aproveché mi estancia en el occidente de Asturias. Villalba queda a menos de una hora de Santirso de Abres, en dónde me alojé. Desde aquí, aproveché para visitar otras localidades lucenses de interés, como la afamada catedral de Mondoñedo.

Llegamos, después de comer, a las afueras de Villalba. Escondido entre la arboleda, al lado de un edificio de piedra, nos recibió el río Magdalena que nace en el mismo municipio, en la sierra de Casba y que recorre el noroeste de la Comarca de Tierra Llana. Las orillas del río Magdalena albergan el transcurso del “Paseo dos soños”.

La tarde amenazaba lluvia, la temperatura era agradable.

Durante tres kilómetros y medio, la senda va desde el área recreativa de A Magdalena hasta el muiño do Rañego, un antiguo molino restaurado. Fue desde esta construcción de piedra dónde comenzamos a caminar. Enseguida vimos las presas que encauzan el agua que giraría las muelas para moler el trigo. Este muiño o molino dejó de funcionar en los años 60. Se rehabilitó a partir del año 2000 y se convirtió en centro de interpretación etnográfico. Además es sede de numerosos actos culturales.

Fue en el año 2006 cuando la Asociación Cultural Xermolos de Guitiriz y la Irmandade Manuel María da Terra Chá, bautizaron esta senda como «Paseo dos Soños». Cada año, estas entidades y en colaboración con el ayuntamiento de Villalba, colocan una nueva escultura en honor de un chairego (habitante de A Terra de Chá) en conmemoración de la actividad cultural de estos ciudadanos, recibiendo el nombre de “hectometros literarios” (entre cada estatua hay cien metros de separación)

El camino transcurre lento y disfrutón, entre el cantos de los pájaros, el murmullo del río y el crujido de la hojarasca. La senda está recubierta de alambre sobre la madera para evitar los resbalones que con la humedad y el verdín serían inevitables, haciendo el camino apto para toda la familia. Caminamos en llano encontrándonos, entre estatua y estatua, bancos de piedra que nos invitan a pararnos y contemplar la majestuosidad de la vegetación: abedules, sauces, alisos, castaños, pinos y otras plantas características del bosque de ribera.

Sobre los puentes, vemos el transcurrir sin prisa del río Magdalena, detenido a la vera del Muiño do Rañego. La falta de lluvias estanca el cauce y lo convierte en un esplendido vergel de plantas acuáticas.

Primer hectómetro y una jaula vacía seduce al caminante. Recuerdo a la obra “Os soños na gaiola” del escritor Manuel María.

Continuamos a paso lento con la amenaza del orbayo, parando y fotografiando flora y estatuas, alegóricas a las obras de escritores que despiertan mi curiosidad: Paco Martín, Miguel Anxo Fernán Vello, Manuel María, Agustín Pérez Paz, Darío Xohán Cabana, Xabier P. Docampo, Xosé Manuel Carballo, Margarita Ledo, Helena Villar e Xesús Rábade, Xosé Chao Rego, Ramón Chao, Xulio Xiz, Mini y Mero, Alfonso Blanco Torrado y Sonia Villapol.

Son catorce «hectómetros literarios», catorce esculturas homenaje a estos hombres y mujeres quienes probablemente, por escribir en su propia lengua quedaron relegados a la sombra de los castaños de este y otros caminos de Galicia y que gracias a la Asociación Cultural Xermolos de Guitirizy la Irmandade Manuel María da Terra Chá podemos conocer hoy en este inigualable entorno natural que el ayuntamiento de Villalba conserva para uso y disfrute de foráneos y lugareños.

A fala

9 Maio 2016

O idioma é a chave
coa que abrimos o mundo:
o salouco máis fleve,
o pensar máis profundo.

O idioma é a vida,
o coitelo da dor,
o marmurio do vento,
a palabra de amor.

O idioma é o tempo,
é a voz dos avós
ese breve ronsel
que deixaremos nós.

O idioma é o herdo,
patrimonio do pobo,
maxicamente vello,
eternamente novo.

O idioma é a patria,
a esencia máis nosa,
a creación común
meirande e poderosa.

O idioma é a forza
que nos xungue e sostén.
¡Si perdemos a fala
non seremos ninguén!

O idioma é o amor,
o latexo, a verdade,
a fonte da que agroma
a máis forte irmandade.

Renunciar ó idioma
é ser mudo e morrer.
¡Precisamos a lingua
si queremos vencer!

Extraído de Poemas de Manuel María