¿Por qué nos gustan tanto los regalos? ¿Es por el egocentrismo de querer que todo ser vivo nos muestre su amor? ¿Por avaricia de tener más y más cosas útiles o inútiles? ¿Por el simple hecho de que nos demuestren que somos una persona en la mente de alguien? No tengo ni idea si existe una razón científica o solo es una cuestión de costumbre grabada en nuestros cromosomas.
¿A alguien no le gusta recibir regalos?
Cualquier excusa es buena para hacer un regalo a quien amamos. No, no es imprescindible que el regalo lo hagamos cuando el mundo se llena de corazones rojos y un querubín se harte de disparar flechas a troche y moche. Los regalos inesperados dan más placer. Pero… ¿y si no recibimos un regalo cuando está estipulado por el mundo del marketing y las grandes compañías? ¿Nos mustiamos cuál flor en jarrón sin agua?
Con el paso de los años detecto en mi alrededor el incremento a materializar los regalos y cuantificar el nivel de amor de manera proporcional a la cantidad de euros que se han invertido en la compra del obsequio. ¿Estoy equivocada?
El palpitar adolescente de cuando la pareja llegaba con unas rosas robadas en sabe que lugar por el que había pasado, queda lejos. La sociedad del bienestar ha caído en la mercantilización de los sentimientos y el consumo masivo, incitado o no por las campañas mediáticas. Vivimos en la era del consumo, eso ya está claro.
¿No nos amamos el resto del año? Pues claro que sí, pero necesitamos un día en el que sí o sí recibamos la confirmación de que existe ese amor… como si no hubiera gestos de demostración cada día… y ese día es el 14 de febrero.
El romanticismo se va diluyendo entre el verano y el otoño de la vida; entre decepciones y fracasos; entre sueños y realidades. También se diluye en esa espera inconsciente de sorpresas que no llegaron. La vida nos reconstruye como seres inertes y lo que dejamos de hacer se vuelve costumbre. Costumbres que no nos gustan pero que justificamos.
Dejémonos de paparruchas y disfrutemos de lo que nos brinda la costumbre. A quienes denuestan los días con regalo hagámosles regalos y recuerda que el origen de regalar el Día de los Enamorados viene desde la Antigua Roma; ya que en febrero se adoraba a la diosa del amor, las mujeres y al matrimonio. No importa lo que regales, solo importa que hagas una ofrenda a quien amas. Y recuerda que el amor es un sentimiento intenso del ser humano, que partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro con otro ser.
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