Parece que fue hace unos pocos meses cuando escribí el primer post titulado “La playa” y Corazón de Mandarina cumplirá en unos días dos años. ¡Increíble la rapidez con la que pasa el tiempo!.
Nació de las cenizas de otros blogs que perecen en los bits perdidos de blogspot, sin objetivos, por puro gusto de escribir, con la pretensión de que algún cibernauta me leyera o por lo que fuera. El caso es que dos años después Corazón de Mandarina no solo es este blog, es una página de Facebook, una cuenta de Instagram y otra en Twitter (sin polémica). Es un hobby, una costumbre. Algo que crece gracias a mí.
En estos dos años experimenté la soledad del escritor o de la escritora, da igual. Mantener este blog lleva tiempo que quito a otras tareas. Buscar contenidos que interesen no siempre es fácil y escribir por escribir puede aburrir a las piedras.
En estos dos años vi que era mas fácil ser instagramer o facebokero y obtener mas likes en las redes sociales a que te hicieran un comentario en el blog. No me rendí. La inmediatez de los años que corren no me paró y aunque los posts en el blog no tienen programación ninguna, preferí mi libertad a la exclavitud de los influencers (en español influenciadores) ¡Nada mas lejos de mi intención!. Comparto mis palabras y nada más. Me gusta interactuar, sí; pero pocos se dedican al análisis y la crítica constructiva en la era del tiempo líquido. Hubiera deseado crear una tertulia virtual. Expresar la opinión sincera se hace complicado para algunos, si se hace publicamente.
Corazón de Mandarina continuará para los treinta y dos seguidores y otros lectores no suscritos. Vivirá en las redes y en este rincón de internet, con las ganas de escribir de quien está detrás de los gajos de mandarina, unas veces dulces y otros amargos.
¡Seguiremos creciendo!
¡Seguimos adelante!
Muchas felicidades. 🙂
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Adelante y felicidades
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